EL GUANTE DE FUEGO
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Mains, M.RAY, 1935 |
Donne-moi tes mains dont j'ai tant rêvé
Dont j'ai tant rêvé dans ma solitude
Donne-moi te mains que je sois sauvé
Lorsque je les prends à mon pauvre piège
De paume et de peur de hâte et d'émoi
Lorsque je les prends comme une eau de neige
Qui fond de partout dans mes main à moi
Sauras-tu jamais ce qui me traverse
Ce qui me bouleverse et qui m'envahit
Sauras-tu jamais ce qui me transperce
Ce que j'ai trahi quand j'ai tresailli
Ce que dit ainsi le profond langage
Ce parler muet de sens animaux
Sans bouche et sans yeux miroir sans image
Ce frémir d'aimer qui n'a pas de mots
Sauras-tu jamais ce que les doigts pensent
D'une proie entre eux un instant tenue
Sauras-tu jamais ce que leur silence
Un éclair aura connu d'inconnu
Donne-moi tes mains que mon coeur s'y forme
S'y taise le monde au moins un moment
Donne-moi tes mains que mon âme y dorme
Que mon âme y dorme éternellement
Les mains d'Elsa; Louis Aragon
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Sin título, M.RAY, 1931 |
Puede ser que por su delicada belleza, por su secreto erotismo o por algún simbolismo
desconocido, las manos, sobre todo las manos femeninas, siempre han sido objeto
de creación plástica y visual para dadaístas y surrealistas.
Numerosos son los ejemplos en los que los artistas sitúan manos en el
centro de su obra. En el caso de Man Ray, por ejemplo, las manos siempre han
sido un elemento recurrente, fuertemente elocuente y manifiestamente expresivo
y evocador. Se trata siempre de manos muy sensuales y femeninas, incluso
eróticas, a veces enigmáticas, siempre dispuestas a tocar y a hacer sentir el
éxtasis surrealista a quién esté dispuesto a abandonarse.
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Mano; M.RAY, 1931 |
Uno de los elementos que rocían la obra de André Breton, Nadja, de la que
he tenido la oportunidad de hablar varias veces en el marco de este site, es,
sin duda, la mano.
Ya, en la portada de la obra, vemos el dibujo que la protagonista hizo de
sí misma; se trata de un autorretrato constituido por su cara y una mano.
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Dibujo de Nadja, 1927 |
Siguiendo con
esta obra, la mujer protagonista, obsesionada por este elemento, dice que ve
una mano de fuego sobre el río.
“(…) la mano también, pero es menos
esencial que el fuego. Lo que yo veo es una llama que sale de la muñeca, como así
(con el gesto de hacer desaparecer una carta) y que hace de pronto que la mano
arda, y que desaparezca en un abrir y cerrar de ojos”.
Esta escena
supone una extrema significación si tenemos en cuenta que, un poco antes, el
autor habla de un objeto fuertemente evocador: una mano. Efectivamente, la mano
evocada por Nadja aparece en el texto y, como podemos ver en la imagen, “con el gesto de hacer desaparecer
una carta”. Esta imagen está en la obra mucho antes de la entrada en escena de
Nadja, remarcando su omnipresencia y su voluntad. Sin embargo, la inclusión de esta
imagen en el texto no constituye una acción consciente o voluntaria,
simplemente se une, una vez más, al deseo de Nadja. De hecho, se trata del
guante de Lise Hirtz, una mujer que, además, había enseñado a Breton un cuadro
cambiante que le fascinó.
“Recuerdo
también la sugestión en forma de juego que hizo un día una dama, delante de mí, regalando
a la “Central Surrealista” uno de sus sorprendentes guantes azul cielo que
llevaba para visitarnos en la “Central”, mi pánico cuando la vi a punto de
consentir, las súplicas que le hice para que no hiciera nada.”
La mano del
guante azul cielo, acompaña el halo surrealista del que hemos sido testigo en
representaciones artísticas de todo tipo.
Una vez más, en
Nadja, el autor habla de una obra de teatro que le ha conmovido fuertemente por
su carácter oscuro, obsesivo, erótico e incluso sádico. Se trata de la obra de
P.Palau, La desquiciadas (1921). 65
años más tarde, J.BARATIER hizo una adaptación cinematográfica de la obra con
el nombre de La araña de Satén. En una
de las escenas, Solange, la protagonista, apaga su cigarro en un cenicero que
tiene exactamente la misma forma que la mano con guante de la que acabamos de
hablar. (minuto 19:47).
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La araña de Satén, J.BARATIER, 1986 |
Ce sont des ployeuses d'échines,
des mains qui ne font jamais mal,
plus fatales que des machines,
plus fortes que tout un cheval
des mains qui ne font jamais mal,
plus fatales que des machines,
plus fortes que tout un cheval
RIMBAUD
Sitios de interés:
http://www.cinematheque.fr/fr/dans-salles/hommages-retrospectives/revues-presse/baratier/baratier-araignee_satin.html
http://unapizcadecmha.blogspot.com.es/2012/10/man-ray-semblanza-e-imagenes.html
A.BRETON; Nadja, Paris, Éditions Gallimard, 1964.
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